Nadie quiere hacerse mayor y volverse dependiente, pero la realidad es que cada vez vivimos más años, y es evidente que, aunque se goce de buena salud las capacidades se van perdiendo. Inevitablemente la visión, la destreza, la agilidad y la fuerza, es decir, las habilidades que nos permiten ser autónomos, se reducen, lo que dificulta la autonomía.
Llega un momento en el que una persona mayor no es capaz de asearse adecuadamente, presenta un alto riesgo de caídas, y resulta peligroso que cocine, por lo que no es conveniente que viva solo sin la ayuda de otra persona. Es en este momento cuando los familiares deben tomar una decisión al respecto.
En muchas ocasiones se opta por contratar un servicio de ayuda a domicilio y cuidado de mayores para que el mayor se quede en el hogar y sea todo más cómodo para él. Otra de las opciones es una Residencia de Ancianos y, como tercera opción, que la persona mayor viva con los familiares en sus casas, pero rotando, de manera que el anciano cada cierto tiempo se muda al hogar de otro hijo, pongamos, por ejemplo.
Los motivos de cada familia son distintos, ya sean económicos, familiares o personales, lo cierto es que una decisión tan compleja como esta requiere de tiempo para reflexionar antes de tomar la mejor decisión para todos. Si bien se opta por la convivencia con los hijos, el anciano nunca está solo y tendrá apoyo para sus tareas cotidianas, pero lo cierto es que tampoco tendrá una residencia fija ni un lugar que pueda considerar como propio. A estos ancianos que viven con sus hijos rotativamente se les se conoce como ‘abuelos golondrina’.
Conflictos entre los familiares de los ‘abuelos golondrina’
El turno rotatorio que se establece entre las diferentes familias del ‘abuelo golondrina’ para cuidarle, no sólo puede llegar a desestabilizar al mayor, sino también a sus familiares. Y es que es muy común que surjan conflictos entre hermanos a la hora de establecer los turnos, diferencias de horarios de trabajo, de rutinas, hábitos, intereses e incluso, desacuerdos con su propia pareja, pueden provocar enfados entre los familiares.
El problema es que estos altercados familiares repercuten directamente en la persona mayor, que es totalmente consciente de que está siendo el motivo de enfrentamientos entre sus propios hijos, algo que le puede hacer pensar que es una carga y un problema, generándole tristeza, angustia y soledad. Entonces, más que una solución tanto para la persona mayor como para los familiares, se convierte en un problema de fondo que puede llegar a repercutir en las relaciones intrafamiliares y en el propio bienestar el adulto mayor.
Además de los conflictos entre los familiares, este trasiego y cambio de domicilio continuo puede traer consecuencias para el anciano. Tengamos en cuenta que, cada cierto tiempo, se debe cambiar de médico o genera confusión a la hora de seguir los tratamientos correctamente. Las personas de avanzada edad, por lo general, presentan problemas físicos, puede que no todas las casas no estén acondicionadas por igual y que al hijo no le merezca la pena hacer los cambios necesarios.
Si además padece problemas de alzhéimer o demencia, esta inestabilidad le favorece muy poco a su situación por lo que le ocasionará más trastornos aún. En este sentido tampoco contará con una persona de referencia, ya que cambia continuamente de personas conocidas.
Soluciones para cuidar a los abuelos golondrinas
Por un lado, existe la posibilidad de acudir a una residencia para la tercera edad, pero por motivos económicos no todo el mundo se lo puede permitir y, además, a algunas personas no les gusta la idea de vivir fuera de su entorno conviviendo con desconocidos.
Otra opción es que un profesional cualificado preste el servicio de ayuda a domicilio convirtiéndose en su cuidador. Otra opción, y dependiendo del grado de dependencia del anciano, podría ser contar con una persona interna que conviva con el adulto mayor, pero también tiene que hacerse con el consentimiento de la persona mayor, que en muchas ocasiones, les cuesta que un extraño entre en sus casas.
Para estas opciones, siempre puede consultarnos y pedirnos asesoramiento, nosotros le podemos recomendar la mejor opción y la posibilidad de disponer de un cuidador especializado en el trato y cuidado de personas mayores en el domicilio, ya sea por horas, interna o para ocasiones puntuales. Tenga en cuenta que trabajamos constantemente con todo tipo de casos y personas.
Como alternativa a esta opción, en ocasiones es un familiar el que adopta el rol de cuidador, y aunque pueda parecer la mejor solución, no siempre lo es porque el familiar no suele estar capacitado, tanto a nivel formativo como psicológico, para realizar las tareas que demanda una persona mayor, algo que, a su vez, tiene que compaginar con su vida y obligaciones, situación que suele desencadenar en un estado estresante y de frustración para el cuidador, y una posible falta de atención para el mayor.
Al final se trata de establecer un acuerdo, entre el cuidador profesional y la persona mayor a cuidar, para que el cuidador sepa establecer una buena relación con la persona en cuestión y la persona mayor se sienta bien acompaña, segura y protegida.