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Prevenir la epilepsia: ¿Cómo reducir el riesgo de sufrirla?

    Prevenir la epilepsia

    La epilepsia es un trastorno cerebral que provoca convulsiones en la persona que la padece como consecuencia de lesiones en las neuronas del cerebro que envían señales erróneas. Lo más característico son los espasmos musculares agudos e incluso puede producirse la pérdida de conocimiento, diferenciando distintos tipos de crisis epilépticas.

    Estas alteraciones neuromusculares, suelen aparecer en edades comprendidas entre los 5 y 20 años, también en adultos mayores de 60, aunque no es descartable que se produzcan a cualquier edad. Entonces, ¿se puede prevenir la epilepsia?

    Si atendemos a los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epilepsia afecta alrededor de 50 millones de personas en todo el planeta, cuya causa principal son las lesiones cerebrales, en las que podemos poner el foco para prevenir la epilepsia:

    Medidas que reducen el riesgo de sufrir epilepsia

    • Evitar los golpes fuertes en la cabeza que pueden llegar a producir traumatismos.
    • Atención perinatal.
    • La vacunación ayuda a disminuir las infecciones, algunas de ellas culpables de producir epilepsia.
    • Uso de fármacos en los niños para bajar la fiebre y reducir la posibilidad de sufrir convulsiones.

    La buena higiene y la preparación de los alimentos es básica para prevenir la cisticercosis, la causa más frecuente de producir epilepsia en todo el mundo. Las infecciones del sistema nervioso central son causas frecuentes de epilepsia en las zonas tropicales.

    No obstante, las causas pueden ser diversas y sus síntomas varían de una persona a otra. Así, podemos diferenciar lesiones cerebrales, ciertas enfermedades que la provocan, tumores en el cerebro, ictus… De esta manera, lo recomendable para prevenir la epilepsia es reducir las probabilidades de poder sufrirla.

    Causas de la epilepsia

    • Factores genéticos: las personas cuyos familiares más cercanos (padres o hermanos) tengan epilepsia, tienen más posibilidades de desarrollarla.
    • Lesiones graves en la cabeza: pueden llegar a desencadenar epilepsia, incluso años después de la lesión. Los traumatismos producidos por un golpe fuerte, fruto de una caída, un accidente automovilístico u otro episodio violento, puede hacer que una persona desarrolle epilepsia.
    • Enfermedades infecciosas: como el SIDA, la meningitis, encefalitis… que afectan al sistema nervioso central.
    • Otras enfermedades: el Alzheimer, sufrir un ictus, malformaciones en el cerebro…
    • Problemas durante el embarazo o desarrollo del bebé: infecciones durante el embarazo o problemas durante el nacimiento.

    Los casos de epilepsia causados por traumatismos, infecciones o lesiones prenatales tienen una incidencia mayor en países con ingresos medianos y bajos, donde alrededor del 80% de los pacientes con este trastorno viven en estos lugares.

    Síntomas que produce la epilepsia

    En cuanto a los síntomas más comunes que produce la epilepsia tenemos las convulsiones que ocurren de forma repetida. Atendiendo a ello, podemos diferenciar varios tipos:

    • Convulsiones generalizadas: afectan a todo el cerebro, en las cuales, el cuerpo presenta rigidez y tensión de todos los músculos que comienzan a agitarse de forma incontrolada. La persona pierde el conocimiento, además de poder aparecer otros desencadenantes como morderse la lengua o la pérdida de los esfínteres.
    • Crisis de ausencias: afecta al cerebro en tu totalidad, pero en estos casos, la persona no convulsiona, sino que desconecta del entorno y deja de moverse y hablar, teniendo pequeños movimientos musculares.
    • Convulsiones parciales: afectan a una parte del cerebro y sus síntomas pueden variar dependiendo donde se den. Pueden aparecer cambios emocionales, alucinaciones, hormigueo, alteraciones en los sentidos, contracciones musculares, movimientos repetitivos…
    • Aura: es una alteración que pueden experimentar algunas personas antes de que se inicie la convulsión o crisis.

    ¿Se puede prevenir la epilepsia?

    Prevenir la epilepsia es complejo, pues aún no se conoce una forma eficaz de hacerlo. En general existe bastante desconocimiento al respecto. Sin embargo, podemos llevar a cabo ciertas medidas, para su prevención como evitar los golpes en la cabeza, llevar una vida saludable e higiene adecuada, dormir adecuadamente y evitar el consumo de drogas y alcohol.

    Además de la utilización de fármacos anticonvulsivos, ayudan a tratar la enfermedad y en ocasiones a evitar la cirugía. El objetivo final es que sus efectos estén menos presentes en las personas afectadas y, de esta forma, mejorar su calidad de vida. En este contexto, la neuroprotección se describe como un mecanismo de acción de los fármacos antiepilépticos, así como las lesiones neuronales producidas por los ataques o convulsiones.

    Las nuevas aplicaciones terapéuticas se centran en la estimulación del nervio vago y tratamiento quirúrgico. La cirugía sólo se plantea en los pacientes portadores de epilepsias que no responden a medicamentos, es decir, con crisis que en cantidad o calidad los imposibilitan de llevar una vida normal. Terapias alternativas dirigidas al foco epiléptico, tratamiento genético y vacunación.

    Para la mayor parte de personas epilépticas, los ataques pueden ser controlados por medicamentos administrando el tratamiento de forma adecuada. La combinación de varios medicamentos amplifica los efectos secundarios, por lo que solo se prescribe en aquellos casos en los que los ataques no puedan controlarse con un único medicamento.