Tratar a una persona con Alzheimer es asunto complejo, a veces espinoso, que requiere de grandes dosis de paciencia, conocimientos, empatía, y a menudo también consejos de terceros. Se trata de una situación difícil en que hemos de ponernos en el lugar del enfermo, pese a que la patología crea con frecuencia diversos problemas para convivir.
El Alzhéimer es una enfermedad muy complicada para quien la sufre y para los familiares que rodean a la misma. Debido, a que los síntomas propios de la enfermedad afectan principalmente a la memoria del enfermo, y esto conlleva complicar la relación que tengamos con ellos en el hogar.
El problema radica, en que la forma de comportarse de los enfermos es la manera en la que tratan de comunicarse con su entorno, es decir, la progresión de la enfermedad significa que ya no pueden ser capaces de comunicarse verbalmente, pero siguen siendo emocionalmente conscientes y lo seguirán siendo, hasta el final.
El desarrollo de las cadenas de proteína tau y beta-amiloide forma ovillos insolubles o placas seniles –también denominadas placas de amiloide- en torno a las células neuronales del cerebro, por lo que impiden una actividad neurológica normal. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta al comportamiento, la memoria y las demás facultades cognitivas del individuo. Este proceso no es rápido, sino que la acumulación tardaría en acumularse más de una década. Afortunadamente, las investigaciones científicas sobre esta modalidad de demencia senil continúan avanzando, y parece que en un sentido favorable.
Los síntomas del Alzheimer serían los siguientes:
- Incapacidad para dibujar o copiar cualquier figura.
- Se pierde la capacidad para denominar objetos de uso y conocimiento absolutamente comunes y corrientes, como una cuchara o un plato.
- No se distinguen bien las personas y las cosas. Además, sobrevienen agitaciones de ánimo, así como alucinaciones y delirios.
- Se produce una desorientación en el tiempo.
- También las funciones motoras o de evacuación del cuerpo humano resultan afectadas.
Sea como fuere, y como resulta fácil de deducir, el comportamiento de una persona con Alzheimer no es el que consideramos normal, ni poseen las facilidades comunicativas o de autonomía personal que sí tiene la mayoría de la gente.
De esta forma, nuestro objetivo con este post es dar algunas pautas que, ayuden a los familiares de enfermos con Alzhéimer y sus cuidadores a disminuir los problemas y conflictos que se generan a raíz de dicha enfermedad.
Algunos consejos básicos para el cuidado de enfermos de esta patología son los siguientes:
- Es fundamental contar con el consejo del médico y de los expertos neurológicos y conocedores de la enfermedad, así como de cuidadores experimentados que estén familiarizados con los problemas cotidianos y la sintomatología de los pacientes de esta enfermedad. Es de gran importancia que nos informemos sobre la progresión del Alzheimer, y sobre cómo este puede tratarse para retrasar su avance.
- Es preciso ser flexible y adaptable con nuestras propias rutinas para así poder ayudar a la persona enferma en aquellos momentos en que esta parece estar más activa, más dispuesta a cooperar, y con menor presencia de los síntomas de esta patología. El caso que trataremos más abajo en este artículo, nada inhabitual en esta dolencia (la persona que cree que le roban) se produce en momentos en que el enfermo está especialmente confundido, e incluso a veces ya no reconoce a miembros de su propia familia. Por eso, es necesario aprovechar los momentos de mayor lucidez del enfermo para poder realizar con él determinadas tareas y poder ayudarle.
- Cómo tratar a una persona con Alzheimer implica también saber manejar la comunicación de manera que resulte comprensible para quien se halla aquejado por problemas de memoria (que varían según la fase de la patología, y llegan hasta el olvido a largo plazo: lugares y personas conocidas, etc). Para ello, hemos de emplear un tono amable, hablar de forma pausada y sin prisas, y con un vocabulario y expresiones sencillos.
¿Por qué las personas con Alzhéimer dicen ser robadas?
Hay que aclarar en primer lugar, que las personas con Alzhéimer no son niños pequeños, es decir, su comportamiento viene únicamente dado por el desarrollo de la enfermedad. Su memoria y recuerdos comienzan a perderse en orden de novedad, por lo que les resulta muy difícil retener los hechos del día a día. La persona que cree que le roban se encuentra en una situación de confusión, pero no de regresión mental.
Y es que, la memoria del día a día tiene como característica principal la discontinuidad, es decir, un ejemplo de situación cotidiana sería: Si él, esconde cualquier objeto un viernes, puede que el lunes solo recuerde que el viernes lo vio en un lugar, pero ha olvidado que las escondió y, por supuesto, ha olvidado dónde lo escondió, lo que da lugar a la acusación de que tal familiar o persona que haya entrado en casa le haya robado dicho objeto (dinero, joyas, prendas de vestir, reloj etc.)
La gravedad de todo esto, es que es aplicable a cualquier aspecto que concierna a situaciones cotidianas y que forman parte de la rutina diaria, como la higiene, la toma de medicación, las comidas, etc.
Cómo actuar con personas con Alzheimer: ¿Qué hacer después de ser acusados?
Como hemos mencionado anteriormente, el enfermo del alzhéimer suele acusar al cuidador o al familiar más cercano, dando lugar a que la persona acusada busque con mucho afán lo que se ha extraviado, pudiendo aparecer en los lugares más extraños del hogar, como una olla, nevera, armarios etc. y si es que, aparece.
Lo más aconsejable cuando se da una situación así es actuar de la siguiente manera:
1- No darle excesiva importancia, cuando el enfermo nos acusa directamente del robo. Hemos de tener en cuenta que se trata de una situación de absoluta normalidad en esta forma de demencia senil que es el Alzheimer.
2- Evitar preguntarle directamente dónde está el objeto, porque no se acordará y lo que menos se debe hacer es culparle de lo ocurrido. Una persona que cree que le roban, cuando está aquejada de esta enfermedad, se encuentra en un estado de confusión, y las reprimendas no harán sino aumentarlo.
3- Le ayudaremos y explicaremos detenidamente que vamos a buscar lo que falta.
4- Trataremos de limitar la cantidad de lugares de la casa donde puede esconder las cosas, desde retirarle muebles o cerrar algunas estancias, evitaremos que tenga menos acceso a determinados “escondites”.
Los cambios de comportamiento suelen ser acusados en la vejez, pero más aún cuando la persona padece este tipo de enfermedad, en las que puede llegar a modificar la conducta convirtiéndose en más agresiva. Estos cambios a nivel físico y emocional, unidos al progresivo deterioro cognitivo, hacen que tomemos medidas al respecto para mejorar su cuidado y no sentirnos violentados por su conducta.
Ante estos problemas difíciles de controlar, como es el acusar de robo, se nos presenta un desafío, y esa es la manera de controlar la agresividad. Este cambio de actitud debido a su desorientación, falta de confianza, no recuerdan las cosas… desembocan en respuestas agresivas para paliar las carencias y que pueden ir acompañados de otros síntomas propios de ansiedad, depresión o trastornos de la personalidad. Si la persona que lo sufre, además, está sola el problema se agudiza.
El comportamiento agresivo genera un agotamiento y desgaste de su cuidador o el núcleo más cercano que se encargan de sus cuidados, por lo que se deben poner los medios necesarios para prevenir o evitar este tipo de situaciones que pueden desembocar en conductas violentas mayores.
Consejos para el cuidador
Como cuidador que está con la persona enferma diariamente, somos conscientes de la existencia del problema que hay, aunque el enfermo crea que no ocurre nada, por lo tanto, cuando vayamos a tomar una decisión, o a cambiar algún aspecto de su casa, lo hablaremos con ellos y trataremos de negociar. Cómo actuar con personas con Alzheimer significa saber ponerse de acuerdo con otra persona que padece graves trastornos comunicativos y de sociabilidad.
– Llega a ser muy eficaz el uso de contratos, escritos por ellos mismos, para que vean lo que están predispuestos a cumplir, como una manera de hacerles recordar aquellos que ya no permanece en su memoria. De esta forma, podran observar su firma y asi no acusan a nadie. Esta forma de documentación fehaciente puede ser una de las formas de cómo actuar con personas con Alzheimer, evitando así complicaciones innecesarias.
– Un correcto cuidador deberá fijar pautas de comportamientos, las cuales se deberán cumplir con reglas en cuanto al horario de acostarse, levantarse, comer etc. ya que las personas poseen una memoria implícita que va aprendiendo según comportamientos repetidos y rutinas realizadas. Por lo tanto, esta rutina implica una variedad de actividades que mantenga ocupada a la persona, que se repitan de forma constante.
– Instrucciones simples y precisas: mediante un tono conciliador, debemos hablarle de manera simple y concisa para que pueda entendernos mejor. Así, podrá prestar más atención y reaccionar a aquello que le estamos diciendo.
– Mejorar el ánimo y la conducta: proponer realizar algún tipo de ejercicio físico, juegos de desarrollo cognitivo e incluso terapia musical (musicoterapia) pueden ser muy beneficiosas para el enfermo de Alzheimer, pues nos permitirá centrar su atención y ayudarle a calmarse y entretenerse.
– Y lo más importante a la hora de cómo actuar con personas con Alzheimer es asegurar a la persona con esta dolencia la estabilidad de ánimo. Hacerle caso en todo momento al especialista que le está tratando y poner en práctica sus consejos, llevar la toma de la medicación de la manera correcta, así como una alimentación sana y deporte con los beneficios que entraña el mismo, así se conseguirá el completo bienestar físico y mental.
Cómo tratar a una persona con Alzheimer, pese a la dureza de la situación, exige una empatía con el enfermo, paciencia, y a ser posible un cuidador especializado y con trayectoria, que pueda ayudarnos en el día a día y a salir adelante en estas circunstancias. En mSoluciona Las Rozas, somos especialistas en el cuidado de personas mayores y/o enfermas. Nuestros profesionales tienen amplia experiencia en el trato y cuidado con pacientes que padecen algún tipo de demencia, desde los primeros síntomas hasta bien avanzada la enfermedad.