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¿Cómo evitar la deshidratación en ancianos?

    Evitar la deshidratación en ancianosLa deshidratación en ancianos es un problema notable que debe ser prevenido y combatido sin dudarlo, pues puede conllevar graves problemas de salud, y, en casos extremos, puede implicar incluso cierto porcentaje de mortandad. La deshidratación se asocia con diversos trastornos y problemas asociados al calor, tales como el golpe de calor, los síncopes y colapsos de calor, etcétera. Pero si prevemos este síntoma en concreto, puede ahorrarnos serios disgustos, tales como mareos, náuseas, sensación febril, deprivaciones sensoriales, desmayos, y demás.

    Todo lo relativo a las exigencias de líquido para las personas mayores son las mismas que para los adultos más jóvenes, pero el problema radica en que los ancianos toman menos liquido del aconsejable, debido a que llegados a esa etapa de la vida el cuerpo pierde la capacidad de detectar la sed y en muchos casos si tienen discapacidades físicas el acceso al líquido se vuelve dificultoso. La falta de absorción de la debida cantidad de agua es algo que puede complicarnos mucho las cosas si no sabemos imponernos una cierta rutina de absorción de líquidos. En verano, esto resulta especialmente crucial, ya que las asechanzas del sol abrasador pueden conducir nuestra salud a un despeñadero, y más si nos encontramos en edades avanzadas, en que nuestro organismo, lógicamente, es más vulnerable.

    En muchas ocasiones, las personas mayores también evitan consumir líquidos por miedo a la incontinencia o para evitar urgencias de tener que ir al baño cuando se encuentran fuera de casa. Las personas mayores experimentan cambios en la función renal y una gran disminución en la sensación de sed, estando relacionadas con los problemas de deshidratación y de termorregulación que inevitablemente surgen a esta edad. Puesto que, a los 80 años la capacidad de los riñones de filtrar y eliminar sustancias de desecho es aproximadamente el 50-60% menor que a los 30 años. Además, la termorregulación corporal se ve considerablemente mermada en edades provectas debido a que la piel adelgaza y cambia notoriamente el funcionamiento de los sensores cutáneos, amén de las transformaciones del metabolismo basal, que hacen que la síntesis de las calorías por el cuerpo sea más lenta y dificultosa. Esta persistente sensación de baja temperatura corporal también contribuye a la pérdida de hidratación en personas mayores.

    A su vez, las personas mayores a ir con más frecuencia al baño pierden mucha agua por la orina, a pesar de que ésta no elimine muchos materiales de desecho. Esto conlleva, necesitar más agua para excretar la misma cantidad de productos de desecho como urea o sodio. Estos cambios en la capacidad homeostática se ven alterados cuando surgen algunas enfermedades como la hipertensión arterial, enfermedades cardio y cerebrovasculares o por el consumo mismo de medicamentos. La pérdida de equilibrio entre los líquidos que se absorben y los que se excretan es una característica muy frecuente en la tercera edad, y contribuye mucho a la deshidratación en ancianos. Ojo a esto.

    El hecho de tener una sensación de sed menor, lleva a que la ingesta de líquidos sea menor que en otros momentos de la vida y, por lo tanto, sufrir deshidratación en el caso de los ancianos se convierte en un problema común. Este trastorno posee varios grados según los signos que presente el adulto mayor:

    • Deshidratación leve: que se muestra mediante sed intensa, falta de apetito, cansancio, boca seca, orina concentrada, somnolencia o desorientación.
    • Deshidratación moderada: signos de taquicardia, fiebre, mareos, debilidad muscular, estreñimiento…
    • Deshidratación aguda: en la que la pérdida de líquidos ronda el 10%, presentando espasmos musculares, problemas de equilibrio y de circulación, fallo en los riñones o baja presión arterial.

    A continuación, exponemos una serie de causas y consejos para remediar la deshidratación en ancianos o evitarla de alguna manera.

    ¿Qué puede causar la deshidratación en ancianos?

    Este problema común que puede desembocar en otras enfermedades como, por ejemplo:

    • Dolores de cabeza y migrañas.
    • UTI (infección del tracto urinario).
    • Presión arterial baja. Este es otros de los síntomas asociados a la deshidratación y los rigores del verano, que pueden causar graves daños a la salud de la persona anciana.
    • Confusión similar a demencia. Los golpes de calor y similares, asociados a las altas temperaturas y las insolaciones, producen confusión mental, que debe detectarse y tratarse adecuadamente para que no deje daños ni dé lugar a males mayores.
    • Aumento de la frecuencia cardíaca. Un problema cardiovascular que las altas temperaturas, los rigores solares y la deshidratación pueden desencadenar, y que ha de considerarse como uno los síntomas más peligrosos, llegando hasta lo potencialmente letal.

    Consejos para ayudar a las personas mayores a remediar la deshidratación

    • Beber de manera diaria 6-8 vasos de líquidos, tales como: agua, zumos, lácteos, infusiones y refrescos. Además de consumir ciertos alimentos con un elevado contenido en agua, lo cual ayudará a mantener un correcto nivel de hidratación, estos alimentos pueden ser: frutas (sandía, fresa, pomelo, uva, naranja) y verduras (melón, zanahoria, pepino, etc.)
    • Aunque no tengamos sensación de sed es necesario beber, puesto que cuando aparece ya es síntoma de deshidratación. Además, a mayor edad la sensación de sed va desapareciendo.
    • Lo ideal es beber una mayor cantidad de líquidos por la mañana y una menor cantidad a media, es decir, que se ingiera de manera gradual, así disminuirá la frecuencia de micciones nocturnas. A su vez, la temperatura del líquido debe estar entre 11ºC y 14ºC.
    • Es recomendable beber 1-2 vasos de agua al levantarse porque ayuda a la movilidad intestinal.
    • Muy importante evitar las comidas abundantes. En cada comida principal se debe tomar un vaso de agua ya que facilita la ingesta de sólidos y es recomendable evitar cantidades superiores porque producen saciedad por llenado gástrico.
    • Las bebidas con un contenido moderado de azúcares de absorción rápida y sales minerales contribuyen a asegurar una buena hidratación y los distintos sabores facilitan la ingesta y un adecuado aporte de líquidos.

    En la siguiente tabla, exponemos cual sería el balance o equilibrio hídrico para estimar la que sería la hidratación adecuada en ancianos.

    Balance o equilibrio hídrico
    Ingesta Hídrica Litros Eliminación Hídrica Litros
    Agua bebida 1,5 Orina 1,5
    Alimentos 0,8 Sudoración 0,5
    Oxidación 0,3 Respiración 0,4
    Heces 0,2
    Total 2,6 Total 2,6

    ¿Cuáles son los aspectos esenciales que los cuidadores o los familiares deben conocer?

    Los factores involucrados en la deshidratación en personas mayores deben ser conocidos tantos por cuidadores como familiares para que tengan controlados a sus mayores y sepan tratar y como les afecta el problema.

    • Edad. Con la edad se aumenta notablemente el riesgo de deshidratación. Por lo tanto, las personas mayores deben anticiparse a las necesidades de hidratación y no esperar a tener sed para beber agua.
    • La función renal, disminuye perdiendo más fluido, lo que aumenta la necesidad de ingerir agua.
    • Ciertos medicamentos o tratamientos médicos que tengan que tomar les pueden afectar a una correcta hidratación por sus efectos diuréticos, laxantes, sedantes, etc., pudiendo bloquear o alterar el mecanismo de la sed.
    • Movilidad. Esencial debido a que algunas personas mayores tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas de hidratación diarias, por la dificultad física que les dificulta el acceso al agua, o por enfermedades crónicas.
    • Alteraciones Cognitivas. Las personas mayores pueden sufrir alteraciones cognitivas (demencia, depresión, etc.) o incluso problemas de comunicación que hace más difícil recordar cuál fue la última vez que bebieron agua o incluso un olvido deliberado para reducir la necesidad de visitas al baño (especialmente por las noches).

    Ola de calor y deshidratación

    El impacto del calor extremo en las personas mayores es mucho más dañino que en otro grupo de edad menos vulnerables. Las altas temperaturas que atravesamos en diferentes momentos del año, pueden perjudicar y mucho a los ancianos que además presentan otra serie de enfermedades y, en general, especial cuidado a aquellas que viven solas.

    Con el fin de reducir los problemas derivados de las altas temperaturas, desde mSoluciona Las Rozas recordaos una serie de consejos sencillos que podemos aplicar a diario para proteger del calor y de las altas temperaturas a nuestros mayores.

    – Evitar salir y realizar actividades en el exterior durante los momentos más calurosos del día. Incluso, si la temperatura se mantiene, es mejor permanecer en el hogar.

    – Mantener el hogar fresco usando aire acondicionado o ventiladores. Bajar las persianas durante el día y utilizar el menor número de aparatos eléctricos que produzcan mayor calor.

    – Mantener el cuerpo fresco e hidratado usando ropa clara y ligera. Además, tomar duchas o baños fríos y beber agua regularmente para que el organismo mantenga una buena temperatura. No abusar de bebidas alcohólicas o carbonatadas que producen más sed.

    – Comer alimentos ligeros y frescos como zumos, gazpachos o ensaladas que aporten suficientes nutrientes para evitar la deshidratación y la falta de nutrientes al organismo.

    – Si tiene que permanecer en el exterior busque la sombra y protéjase del sol, usando gafas, sombrero y ropa cómoda y ligera, al igual que un calzado fresco y transpirable.

    – Los mayores pueden necesitar ayuda en estos días muy calurosos, apóyelos en aquello que necesiten y preste más atención de lo normal. Si padece algún problema de salud, extreme las precauciones.

    Evitar la deshidratación en ancianos es tarea de todos, y no ha de ser pasada por alto para garantizar la mejor salud y calidad de vida de la persona mayor.