Saltar al contenido

Los beneficios de viajar en la vejez

    Los beneficios de viajar en la vejez

    Viajar es una actividad que nos despierta a realidades nuevas y culturas distintas, nos aporta conocimiento, nos impele a una cierta actividad física muy necesaria, a tomar el aire, hacer vida social, etc. Por todo ello, resulta ser algo muy fructífero para la tercera edad, y cuyos grandes beneficios para la salud del anciano vamos a explicar aquí.

    Llegar a la tercera edad, en muchas ocasiones, nos aporta ese descanso y disfrute de un mayor tiempo libre, ya sea por la jubilación o menos cargas, por lo tanto es una etapa idónea para disfrutarla viajando y de ese modo, adquirir nuevas experiencias de vida.

    Hoy en día que se ha prolongado la esperanza y calidad de vida de las personas mayores, el tiempo se aprovecha de manera diferente, cuentan con más energía y vitalidad para realizar actividades y viajes con las que disfrutar del tiempo de una manera mucho más divertida, saliéndose de las rutinas diarias y sedentarias. De este modo, podemos escapar a los efectos sumamente perniciosos y hasta destructivos en la salud de la inacción permanente a que muchos se condenan de manera voluntaria y pertinaz al llegar el invierno de su vida. Nada más erróneo que tal actitud, avalada además por prejuicios sociales por desgracia todavía muy arraigados en nuestra sociedad presente, aun a pesar de que sigue avanzando y generalizándose la conciencia necesaria sobre lo que significa la tercera edad y cuáles son sus exigencias reales para mantener una buena salud y un envejecimiento sano.

    Si hablamos de actividad principal, viajar es la mejor elección puesto que aparte de conocer y estar en contacto con personas de su misma edad con situaciones similares, conocen nuevas culturas y costumbres distintas a las que normalmente están acostumbradas.

    Lo que si es cierto que dependiendo de las condiciones de una u otra persona, los viajes se disfrutan de distinta manera, pero en ese sentido debemos elegir el que más se ajusta a nuestras condiciones, para ello hay de diferentes tipos y gustos.

    Lo que debemos de tener en cuenta es que al cambiar, como hemos mencionado anteriormente, nuestra rutina diaria al viajar hay que seguir ciertas recomendaciones.

    Recomendaciones en los viajes para personas mayores

    – Realizar una adaptación paulatina, sin cambios bruscos.

    – Mantener unas 7 horas de sueño mínimas. En los viajes se tiende a disminuir las horas de sueño y a trasnochar, y ello no es en absoluto recomendable a edades tan avanzadas.

    – Evitar un cambio drástico en los hábitos de alimentación. La disparidad gastronómica y los vaivenes horarios a que se someten también los mayores al viajar pueden ser perjudiciales para su dieta. Con ello es preciso ser prudente. La alimentación es uno de los aspectos en que hay que ser más cuidadoso en los viajes para personas mayores.

    Sin embargo, teniendo en cuenta todas estas indicaciones, viajar nos reportará múltiples beneficios que son:

    – Conocer algo nuevo cada día.

    – Mejorar nuestra salud física y emocional.

    – Socializar con otras personas.

    – Romper con la rutina, reduciendo síntomas nerviosos.

    – Generar agilidad mental, ya que tenemos que hacer frente a pequeños retos como son el cambio de ciudad, moneda o transporte.

    – Aliviar la circulación si vamos a zona de costa.

    – Respirar aire limpio si viajamos a la naturaleza.

    – Mejorar nuestra salud física, ya que nos obligamos a pasear para ver esos rincones maravillosos que tiene el mundo. Este es uno de los grandes beneficios de viajar en la vejez.

    Beneficios de los viajes para personas mayores

    Contacto con el mundo exterior:  Las personas mayores salen de su ámbito diario, para entrar en contacto en nuevos ambientes lo que permite su actualización y que mantengan su vínculo con el mundo exterior.

    Menor probabilidad de depresión y ansiedad: Los viajes especialmente organizados para mayores, disminuyen los síntomas de la depresión y la ansiedad, aumentando el bienestar mental y físico.

    El mar como el mejor remedio: En los viajes que tienen como destino lugares con mar, se pueden aprovechar los múltiples beneficios que este tiene, ya es un paréntesis ante la contaminación de las grandes ciudades, descanso de la circulación y una mejora de las enfermedades reumáticas.

    Mejora de la atención: En un viaje los mayores deben estar continuamente prestando atención para ir de un lugar a otro sin perderse y prestando atención de todos los detalles que engloban el viaje, se necesitan concentrar en las actividades organizadas.

    Aumento de la paciencia: En los viajes ir de un lado a otro esperando a que nos terminen de explicar ciertas rutas, a que todo el grupo termine de ver todo, hace que no nos desesperemos e incrementemos nuestra paciencia para verlo todo de manera tranquila y relajada, tomándonos el tiempo que sea necesario para disfrutar de los paisajes o rutas que surjan visitar.

    Mejora del estado de ánimo: En este sentido las personas mayores al conocer lugares nuevos mejoran su carácter, les hace sentirse útiles, dándole impulso para sentirse también más independientes y por lo tanto mejora su disposición ante la vida.

    Promueve la creatividad: En lugares en los que haya una gran carga de historia o arte en los que las personas mayores necesitan volcar toda su atención, estimulan su lado creativo al desempeñar tareas que necesitan toda la atención.

    Aumentan las relaciones sociales: Las personas mayores en los viajes entablan relación con otras personas distintas a las de su día a día, más allá de la familia así como, ven y conocen nuevas culturas, lo que le permite aumentar su círculo social y las relaciones sociales del mismo.

    Tipos de viajes para personas mayores

    Hay tantas opciones para disfrutar de viajes de todo tipo que siempre se debe escoger la opción que más se adapte a nosotros y a partir de ahí sin que la edad sea un límite disfrutar del viaje.

    – Viajes del IMSERSO. Son viajes organizados para la tercera edad, a precio reducido y con un gran abanico de destinos turísticos, tanto nacionales como internacionales.

    – Balnearios. Son viajes para relajarse, para liberar el estrés y para mejorar la circulación de nuestro cuerpo. Un destino reconfortante que rejuvenece cuerpo y alma.

    – Cruceros. Si nos gusta el mar, la tranquilidad de tener todo organizado y la posibilidad de visitar diferentes destinos de manera cómoda, ésta es sin duda una opción recomendable.

    – Viajar por nuestra cuenta. Un viaje organizado está muy bien, pero si tenemos espíritu avenurero y queremos decidir en cada momento el rumbo de nuestro viaje, viajar por nuestra cuenta será una experiencia inolvidable.

    Los beneficios de viajar en la vejez han quedado esclarecidos. Es una de las actividades más placenteras y apasionantes que podemos emprender en todas las etapas de nuestra vida, y también en la tercera edad.