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La insolación en ancianos ¿Cómo evitar golpes de calor en personas mayores?

    La insolación en ancianos

    El verano, y con este las altas temperaturas, pueden ocasionar trastornos por calor, especialmente en las personas mayores. Entre ellos, muy común es la insolación o golpe de calor que aparece cuando la persona ha estado expuesta durante un período de tiempo a la radiación directa del sol, ocasionando que la temperatura del cuerpo se descontrole.

    La insolación en ancianos pueden ser un problema de salud en verdad serio y grave, incluso con un índice de mortandad mayor que en otras edades humanas, y que se deriva de la mucha mayor sensibilidad de las personas de edad avanzada a las fluctuaciones de temperatura y a los efectos perniciosos del calor y de un sol despiadado.

    Ello se debe también a que las repercusiones de todo ello en la presión arterial, y en accidentes cerebrovasculares y cardiovasculares, factores todos ellos de gran peso en la mayor letalidad del calor, son mayores y más peligrosas en la tercera edad, a causa de los cambios en el organismo y a la mayor fragilidad de la salud de las personas mayores. Es por ello que hemos de saber cómo prevenir el excesivo calor y sus ataques a la salud, especialmente en los ancianos.

    No hace falta que volvamos a decirlo: HACE CALOR. Mucho calor. De fondo suena la mítica canción de Los Rodríguez que intenta amenizar las altas temperaturas que estamos sufriendo desde principios de semana y que amenazan con intensificarse en verano. Un verano que, recordemos, aún no ha llegado. El cambio climático suele adelantar últimamente el sofoco de la canícula, y esta se manifiesta ya a lo largo de todo el mes de junio. La insolación en personas mayores puede ser también un peligro más cierto y próximo.

    El Plan Nacional de Acciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud pretende prevenir y reducir los efectos negativos del calor sobre la salud, especialmente en los grupos más vulnerables: niños, ancianos y enfermos, así como en las personas que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre.

    ¿Qué es la insolación y los golpes de calor?

    La insolación también puede recibir el nombre de golpe de sol, pero es algo diferente al golpe de calor. Debido a que, la insolación se produce cuando se pasa mucho tiempo al sol y puede ir acompañada del golpe de calor, produciéndose este por haber perdido líquidos y sales minerales a través del sudor, dando lugar a que nuestro organismo se encuentre débil y así es como el golpe de calor pasaría a insolación, debido a que ya el organismo es incapaz de mantener una temperatura normal.

    Por lo tanto, para que padezcamos un golpe de calor nuestra temperatura corporal ha de estar a 40’6 ºC o más por el calor ambiental y la inexistente termorregulación, por lo tanto, aunque se tiende a confundir con fiebre no lo es, porque el cuerpo no tiene la temperatura alta para combatir la infección, si no que no puede bajarla en ningún caso. Hay dos tipos esenciales de golpe de calor, tanto en ancianos como en los demás grupos de edad:

    • Activo o de ejercicio: Se da a causa de un exceso de ejercicio físico intenso en días calurosos o de humedad elevada (entre el 60 y el 70 por ciento). Es más frecuente entre hombres jóvenes.
    • Pasivo o clásico: Se da en pacientes que ya padecen otras patologías que influyen en sus mecanismos de autorregulación. Es frecuente en personas mayores o jóvenes con enfermedades crónicas.

    Como el golpe de calor se produce por un fracaso de la termorregulación corporal, los ancianos son un grupo especialmente sensible a ello, por los grandes cambios fisiológicos que se experimentan en la temperatura del cuerpo y en los mecanismos sensores térmicos del organismo.

    Principales síntomas de la insolación en ancianos

    • Sensación de debilidad y agotamiento.
    • Dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos.
    • Palpitaciones, pulso fuerte e irregular.
    • Sensación de sed.
    • Calambres musculares intermitentes en extremidades y abdomen.
    • En la insolación sudoración abundante, en el golpe de calor la sudoración cesa y la piel está seca, caliente y enrojecida.
    • Respiración acelerada y ruidosa.
    • Temperatura corporal.

    ¿Por qué las personas mayores son un grupo más vulnerable?

    Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, pero debe prestarse especial atención a bebés y niños pequeños, mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación, como las patologías cardíacas.

    Y es que, el riesgo de sufrir un golpe de calor es más propenso en personas mayores a partir de los 65 años de edad y por ello son un grupo más vulnerable. Esto se debe a que a mayor edad la sensación de calor disminuye, las personas mayores no sienten tanto las temperaturas altas y por lo tanto no tienen tanta preocupación y esto hace que se protejan en menor medida del calor. A edades provectas, la temperatura corporal desciende y mucho, por lo que las personas mayores les es mucho más difícil percibir el calor, y por lo tanto no se protegen tanto frente a él. Pero lo cierto es que el calor y sus peligros siguen estando ahí.

    A todo esto, hay que sumarle que con la edad también la percepción de sed cambia, la necesidad de beber no es la misma porque no se tiene, lo que conlleva que las personas mayores se deshidraten con más frecuencia.

    Siendo perjudicial, sobre todo, en personas mayores con alguna enfermedad crónica, con sobrepeso, con necesidad de tomar medicación diaria o con enfermedades neurodegenerativa.

    Por último, los síntomas propios de la edad también hace que las personas mayores no reconozcan los síntomas de un golpe de calor, debido a que la sensación de debilidad, de agotamiento, la confusión, la falta de sudoración o la piel seca que acompañan el proceso de deshidratación a menudo se confunden con “achaques de la edad” o con síntomas de otras enfermedades crónicas o del deterioro cognitivo de la persona, lo que conlleva que todo esto sea otra de las causas para considerarlo el grupo más vulnerable con respecto al calor.

    Niveles de riesgo con respecto a las temperaturas

    El nivel de riesgo se elabora teniendo en cuenta las máximas y mínimas a cinco días y la persistencia en el tiempo del exceso de temperatura. Con estas variables podemos clasificarlo de la siguiente manera.

    • El nivel 0, verde o ausencia de riesgo cuando se prevé que en ningún día de los siguientes cinco consecutivos sean superadas las temperaturas umbrales.
    • El nivel 1, amarillo o de bajo riesgo cuando se espera que en uno o dos días de los siguientes cinco días consecutivos sean superadas las temperaturas umbrales.
    • El nivel, 2 naranja o de riesgo medio cuando se espera que en tres o cuatro días de los siguientes cinco días consecutivos sean superadas las temperaturas umbrales.
    • El nivel 3, rojo o de alto riesgo se activa cuando se espera que se superen las temperaturas umbrales en cada uno de los cinco días siguientes.

    Recomendaciones para evitar los golpes de calor

    • Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se esté realizando.
    • No abusar de las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que pueden hacer perder más líquido corporal.
    • Usar sombrero y protectores solares cuando salgan al exterior y, de hacerlo, permanezcan en la sombra.
    • Evitar salir a la calle en las horas de máxima temperatura como son entre las 12h y las 18h.
    • Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y bebe agua y toma una ducha cada vez que lo necesites.
    • Mantener la casa fresca, aireándola a primera hora de la mañana y en las horas fuertes de calor echar las persianas o cortinas.
    • Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
    • Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).
    • Controlar las horas de sueño, resulta fundamental.
    • Controlar la ingesta de líquidos en el anciano para evitar la deshidratación. La sensación de sed en las personas mayores comienza a ser menor.
    • Vigilar la tensión arterial con frecuencia.
    • Consultar con el médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
    • Mantener tus medicinas en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y sus efectos.

    ¿Cómo actuar ante un golpe de calor?

    La insolación en ancianos es un grave problema que no ha de ser tomado a la ligera, y hemos de ponernos en marcha y estar alerta para evitarlo a toda costa. Más del 80% de las personas que sufren un golpe de calor, son mayores de 65 años y es la segunda causa de muerte entre los deportistas.

    Si una persona sufre un golpe de calor debemos ponernos en contacto lo antes posible con los servicios médicos de urgencias. Hasta que los sanitarios acuden al lugar, conviene mantener al afectado en una habitación oscura, en caso de que se produzca dentro de casa o en interior, o a la sombra, si se da en espacios exteriores. Seguidamente, debemos enfriar el cuerpo con duchas de agua fría o aplicando paños mojados en la frente, axilas, cuello e inglés para intentar bajar la temperatura corporal progresivamente.

    La persona no debe estar tumbada completamente, sino que la incorporaremos para que pueda respirar sin complicaciones. Sólo en caso de que se recupere, procederíamos a tumbarla de nuevo con las piernas flexionadas.

    Quitar el exceso de ropa para dejarle más descubierto.

    Hidratarlo mediante agua fresca pero no demasiado fría. Facilitársela a pequeños sorbos y no de golpe.

    El esperado verano está aquí, las altas temperaturas han llegado y la necesidad de cuidar a nuestros mayores de ellas. Si tiene familiares mayores o vecinos de edades avanzadas, conviene visitarlos a menudo, por los menos un par de veces al día y ver como se encuentran. Obsérvelos si muestran algún síntoma de agotamiento por calor y que tengan acceso a un ventilador o aire acondicionado.

    La cuestión es poder prevenir en caso de mostrar algún tipo de cambio corporal como consecuencia de la subida de temperatura. Para evitar daños irreparables o males mayores, conviene prevenir y seguir las recomendaciones citadas anteriormente para asegurarnos una estación estival libre de sobresaltos innecesarios. Recordemos que, a mayor edad, mayor vulnerabilidad ante este y otros aspectos, sobre todo cuando se sobrepasa la barrera de los 80 años.

    Es por eso que toda precaución es poca. Desde mSoluciona Las Rozas, queremos que todos los mayores tengan un verano tranquilo y puedan disfrutarlo sin complicaciones asociadas al calor que nos invade en estos meses de verano.