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Cómo cuidar a una persona mayor

    Cómo cuidar a una persona mayor

    Estar al cuidado de una persona en la tercera edad puede ser muy gratificante y al mismo tiempo agotador, sobre todo si no tiene la capacidad para moverse por sus propios medios o padece una enfermedad neurodegenerativa. Vivimos en una sociedad cada vez más envejecida, se estima que, durante los próximos 25 años, la población mayor de 65 años crecerá un 2.6% anualmente y donde muchas personas experimentan trastornos propios de la tercera edad, con la pérdida de autonomía personal que ello puede suponer.

    Frente a esta realidad, la Organización Mundial de la Salud -OMS- ha puesto en marcha programas de prevención de la salud de los ancianos con la finalidad de reducir las enfermedades, sus secuelas y muertes prematuras, a la vez que se consigue mejorar la calidad de vida.

    Una persona que dedique su tiempo y esfuerzos a sus cuidados, normalmente, ejerce una dedicación plena a esta persona dependiente, lo que también conlleva algunos riesgos propios como es la sobre carga de trabajo, no sólo físico, si no emocional y que, en muchas ocasiones, es la culpable del llamado Síndrome Burnout o síndrome del cuidador quemado.

    En este sentido, identificamos este término como el estado de agotamiento físico, emocional y mental que puede ir acompañado de un cambio en la actitud del cuidador, pasando de mostrarse una persona positiva y afectuosa a una persona negativa e indiferente.

    Las aptitudes en un cuidador son necesarias, contar con una titulación y experiencia previa, pero siempre reclamamos ciertas actitudes que son precisas tener cuando el profesional se dedica al cuidado de mayores o personas dependientes, como son la empatía, amabilidad, paciencia… Saber cómo cuidar a una persona mayor incluye, por supuesto estas capacidades.

    Por lo tanto, es una gran responsabilidad y es importante que la persona que se haga cargo debe ser una persona capacitada que lo trate con paciencia y con cariño para mejorar su bienestar físico, mental y social. De ahí que se recurra con frecuencia a la muy aconsejable opción de la ayuda de profesionales cualificados, especializados y con trayectoria.

    Esta carga resulta sobremanera ardua y difícil de afrontar, sobre todo si no estamos habituados a las tareas que hemos de desempeñar en estas situaciones. Por ello, os exponemos a continuación una serie de consejos para mejorar la atención del adulto mayor en casa y para facilitar su cuidado.

    Consejos para mejorar la atención del adulto mayor

    Establece responsabilidades: Con el resto de familiares. Es aconsejable realizar un “planning”, plantilla o cuadrante entre todos los cuidadores indicando los días, horas y labores a desempeñar por cada uno. Es importante que todos estén de acuerdo con el plan, para que nada repercuta en la persona mayor que se tiene a cargo.

    Establece una rutina diaria: Es fundamental que se fijen horarios, en quehaceres del día a día, como el baño, las comidas o irse a dormir, como para otras más de ocio, como salir a dar un paseo, jugar a las cartas con los amigos o practicar algún hobby. Esa rutina diaria es la que hará que los mayores que tenemos a nuestro cargo, se sientan seguros, al moverse todo el rato en un terreno conocido para ellos, lo que implica que se motiven y, por tanto, se esfuercen más.

    Cuida su aseo personal: Resulta fundamental, ya que les ayuda a prevenir enfermedades, estimulando hábitos de vida saludables. También es primordial para saber cómo cuidar a una persona mayor, y además es beneficioso para la psique del anciano, pues contribuye a mantener un mejor nivel de autoestima de este.

    Mantenerles activos en el plano físico y cognitivo: Es una condición fundamental para algo tan necesario como es el envejecimiento activo y saludable, que, al mantener a las personas mayores en constante actividad física, intelectual y social, conlleva múltiples efectos beneficiosos: entre ellos, prevenir, impedir o paliar las dolencias, trastornos, y otros efectos nocivos en la salud de un envejecimiento insano. He aquí otro de los factores de importancia capital a la hora de cuidar a una persona mayor.

    Lleva un registro de sus medicamentos: La gran mayoría de los mayores, debe tomar varios medicamentos y por lo tanto, pueden confundirse con unos y otros o incluso con la dosis a tomar e incluso automedicarse, hecho totalmente peligroso para ellos. La multiplicidad de medicamentos o polifarmacia puede implicar no pocas complicaciones para la salud de la persona anciana, sobre todo si no se puede controlar y compaginar adecuadamente.

    Por lo tanto, resulta indispensable llevar un control diario de la medicación ya sea en una libreta, bitácora o pastilleros controlados. Tales fármacos han de ser los prescritos por el facultativo especialista o el médico de cabecera, y es preciso evitar cualquier automedicación, por mucho que esta aparezca como obvia o muy recomendada por terceros.

    Cuida su alimentación: El apetito es menor cuando se es mayor y la tendencia a llevar una dieta menos equilibrada y sin control también, básicamente de un mismo tipo. Es necesario, llevar una dieta variada y equilibrada para evitar problemas de salud y fortalecerse física y mentalmente. Cuidar a personas mayores equivale también a saber ayudarles a llevar una nutrición provechosa para su salud.

    Adapta la casa para evitar riesgos: Es inevitable que, llegando a cierta edad, nos volvamos más torpes y más propensos a las caídas y, por lo tanto, se debe adaptar el hogar para evitarlo.

    Se debe quitar del medio cualquier obstáculo que le impida a la persona mayor caminar por el hogar con total libertad y con una buena iluminación. La estancia de la casa más peligrosa para los mayores es el baño, por lo tanto, debemos: instalar una barra en la ducha para sostenernos, adhesivos antideslizantes en el suelo de la ducha para no resbalarse, alfombra antideslizante debajo de la alfombrilla de tela etc.

    El hecho de que se sientan seguros les hará estar más independientes y felices.

    Proporciónale afecto y compañía: El afecto familiar que deben recibir los adultos mayores es lo principal en su cuidado. Dar amor y cariño a un adulto mayor le da confianza y le sube la autoestima.

    Incluso, en muchas de las ocasiones, entre el cuidador y la persona a su cargo se crea un vínculo especial, algo que resulta fundamental en el día a día.

    Motívale física y emocionalmente: Si tenemos a la persona mayor a nuestro cargo debemos: Escucharla, mimarla, motivarla etc. para que salga a pasear o intente resolver un crucigrama.

    Debemos estimular su mente con juegos o adivinanzas, por ejemplo, y animarla a que participe en actividades, ya sea en casa o fuera con otras personas. En definitiva, intentar que lleve una vida lo más activa y saludable posible.

    Imprescindible como forma de prevenir la inmovilidad y los trastornos de memoria.

    Ayúdale a mantenerse socialmente conectado: Es importante mantener el contacto con familiares y amigos, permitiendo la interacción con su círculo de amistades. Le proporcionará una vida más feliz y realizada y sentirse querido. Para los mayores, que han ido perdiendo a muchos de sus seres queridos, supone una motivación en su vida. Sentirse integrados y queridos mejora su bienestar.

    Tómate tiempo para ti mismo: Si tienes a una persona mayor a tu cargo, llega un momento en el que necesitas un respiro familiar. Tómate una o dos horas cada día para hacer lo que más te gusta, en lo posible fuera de casa y no en compañía del anciano que cuidas. Si no tienes a nadie más que te ayude, contrata a alguien para que esté unas horas nada más en la casa y tú puedas hacer lo que quieras.

    Sin lugar a dudas, cuidar de otra persona es todo un desafío, además de una gran responsabilidad. Hacerlo de la mejor forma y otorgando las mejores condiciones en sus cuidados, permitirá que este goce de una mejor calidad de vida y bienestar. Los años no pasan en balde, vivir la última etapa de la vida en las mejores condiciones.

    Empresas de cuidado de mayores

    Hay quien dice que cuando el dinero se gasta bien, no es un gasto, sino una inversión. Falta de tiempo, de paciencia, de recursos… pueden ocasionar en nosotros un fallo en nuestra salud de forma tanto física como psicológica. Porque seamos serios, es fácil decir que se va a tener paciencia, pero resistir las emociones y ataques de cansancio e ira es sin duda lo más difícil de esta actividad. Cuidarnos a nosotros mismos se convierte en una tarea casi imposible.

    Contar con ayuda de profesionales a cualquier hora del día se convierte en la única salida viable para los que se niegan a enviar a sus familiares a una residencia de ancianos, los cuales, a su vez, se ven a menudo demasiado reacios a esta mudanza. En este punto se encuentra también la capacidad de recargar energías una vez terminado el trabajo. Cuando la persona cuidada es nuestro familiar, no existen horarios, ni de desempeño de tareas, ni de desahogo, ni de descanso mental, cosa que no ocurre con un cuidador profesional, que entenderá su trabajo como una valiosa jornada laboral en el que pueda dar el 100% sin miedo a hundirse.

    Funciones que realizan las cuidadoras

    La cuidadora está encargada del cuidado del miembro o los miembros de la familia que por su edad o condición sufran una situación de dependencia y que tiene una cualificación específica obtenida para dedicarse a ello.

    En este sentido, no se considerarían cuidadores a familiares de primer o segundo grado que puedan habitar en la casa y colaboren en las funciones.

    De una cuidadora esperamos que realice todas las funciones relacionadas con las actividades de la vida diaria como por ejemplo:

    – Que sea capaz de generar un ambiente agradable y seguro para nuestro familiar.

    – Realizar actividades fuera del hogar, sacar a pasear siempre de forma segura al familiar dependiente o hacer recados.

    – Comprar los complementos necesarios para el mayor.

    Labores domésticas, como por ejemplo: Mantener la habitación limpia y arreglada, lo que incluye por ejemplo hacer las camas, cambiar las sábanas, etc.

    Compra y elaboración de la comida de la persona a su cuidado y dársela.

    Por lo tanto, las cuidadoras de personas mayores se encargarán de las tareas domésticas habituales y además asistirán a la persona mayor a su cargo realizando tareas como asistencia en el aseo diario, acompañamiento en las salidas (peluquería, médico, fisio, compras…etc.), realización de curas sencillas, inyecciones, masajes, supervisión toma de medicamentos, preparación de comidas con dietas especiales, acompañamiento, conversación y motivación.

    Vocación unida con profesionalidad. El cuidador: una nueva profesión que busca ser la parte de ti que tú, por cuestiones obvias, no puedes llegar a ser.

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