La diabetes en personas mayores es un grave problema que es preciso afrontar con el suficiente conocimiento, con una actitud positiva y con un tren de vida saludable que permitirán que los problemas y complicaciones de esta enfermedad queden minimizados y no trasciendan. La enfermedad de diabetes aumenta su aparición al llegar a la tercera edad, en concreto la diabetes tipo II, ya que el pico de incidencia aumenta con los años.
En concreto, se estima que el 15% de los adultos mayores de 70 años padece esta enfermedad metabólica, cifra que aumenta al 20% cuando se sobrepasan los 80 años, según indica la Sociedad Española de Diabetes (SED). Se trata, por lo tanto, de una dolencia muy presente entre la población actual, por diversas y variopintas razones (algunas, de índole nutricional), que, tal y como puede apreciarse, incrementa su presencia en las edades avanzadas.
Es común que aparezca en la tercera edad entre las personas que han mantenido unos hábitos de vida inadecuados durante muchos años, y llega un momento en el que el páncreas no es capaz de segregar la cantidad suficiente de insulina para regular los niveles de glucosa. Sin embargo, un reciente estudio indica que el propio envejecimiento es una causa de la aparición de la diabetes, incluso en personas sanas y activas. Por ambas razones, es conveniente conocer los pormenores de la diabetes, cómo esta se contrae y por qué está más presente en la tercera edad.
Tipos de diabetes
Hay dos tipos de personas con enfermedad de diabetes: aquellos cuyo páncreas no puede producir insulina (y por lo tanto no puede regular las cantidades de glucosa en su torrente sanguíneo), y aquellos en que esta misma glándula segrega cantidades insuficientes de tan necesaria hormona. Así pues, deben auto suministrarse insulinas exógenas, y además seguir una determinada dieta y hacer ejercicio.
La primera modalidad de diabetes es la de tipo 1, antes conocida como diabetes mellitus insulinodependiente. La segunda, conocida como diabetes de tipo 2, y antes como diabetes no insulinodependiente, es la más habitual. En sus primeras fases, esta última puede paliarse con medicación, pero en fases más avanzadas suele precisar de inyecciones de insulina.
Existen algunas modalidades más, como la denominada diabetes del embarazo o gestacional, o las diabetes asociadas a determinados fármacos y medicaciones, a defectos genéticos, endocrinopatías (enfermedades de las glándulas endocrinas), enfermedades pancreáticas, infecciones, síndromes genéticos, etc.
Síntomas de la diabetes tipo 2 que debes conocer
Por ser el tipo más común y la más habitual entre las personas mayores, es importante saber cuáles son sus principales síntomas que, en muchas ocasiones, es difícil llegar a diagnosticarlos, pues los signos pueden ser leves y enmascarados en otros síntomas propios de la edad. La atención ante cualquier cambio o alteración en alguno de los siguientes puntos, es suficiente para alertarnos de la posible aparición de diabetes.
- Cansancio y fatiga.
- Aumento de las ganas de comer y sed.
- Pueden aparecer problemas de visión.
- Heridas que no curan fácilmente o la aparición de moretones.
- Aumento en la frecuencia de orinar.
- Piel que se oscurece en diversas zonas.
- Infecciones en la piel.
¿Cómo detectar diabetes en personas mayores?
Ante cualquier indicio de que un adulto mayor pueda sufrir diabetes, es importante acudamos al médico para realizar las pruebas pertinentes que detecten o no la enfermedad. Lo primero será un análisis de sangre donde mostrarán los niveles de azúcar y otras pruebas con las que obtener un diagnóstico fiable. Además, debemos prestar atención a las señales de piel y articulaciones, al igual que revisiones al dentista y oftalmólogo, así como controlar la presión arterial anual y eliminar los malos hábitos como el consumo de alcohol y tabaco.
Complicaciones de la diabetes
La diabetes en personas mayores comporta diversas complicaciones de salud ante las que es preciso estar alerta y ser cuidadoso con la medicación, la administración de la insulina y regulación de los azúcares del organismo, etc.
Tener alto el índice de glucosa en sangre no es el único problema que origina la diabetes, sino que esta alteración puede derivar en muy diversas complicaciones en diferentes partes del organismo, como el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, y el cerebro, entre otros, lo que es aún más grave entre las personas mayores dependientes o que padecen otras patologías, porque en ellos es más complicado manejar correctamente esta enfermedad. Además, la polimedicación necesaria en tales casos puede originar asimismo otras complicaciones secundarias con las que también hay que ser precavido.
El tratamiento de la diabetes en los adultos mayores se centra en mantener controlado durante el máximo tiempo posible el índice de glucemia en sangre para evitar daños colaterales y que no se llegue a tener consecuencias mayores. Algunos de las complicaciones que genera la diabetes son:
– Daño en los nervios: en quienes llevan más de 20 años padeciendo diabetes.
– Enfermedades oculares: las más comunes son la retinopatía, la diplopía (visión doble), las cataratas y el glaucoma.
– Problemas de circulación: debido al endurecimiento de las arterias, que puede originar la formación de coágulos y, por tanto, el sufrimiento de un accidente cerebro vascular. Este aspecto es de gran importancia, pues puede conllevar complicaciones varias, y ha de controlarse con gran cuidado. También los trombos circulatorios y sus complicaciones anejas pueden ser otro problema sobreañadido a considerar.
– Problemas renales: la nefropatía diabética es un problema común entre las personas con diabetes, que surge por un inadecuado filtrado de la sangre por parte de los riñones.
– Complicaciones en los pies: se pierde sensibilidad en los pies al tener una mala circulación, y a presentar úlceras como consecuencia de un daño en los nervios y de la reducción de flujo sanguíneo en las piernas.
– Problemas dentales: especialmente la caries y enfermedad periodontal, que pueden originar la pérdida de dientes.
– Problemas auditivos que suelen derivar de la diabetes de tipo 2, así como aumento del riego de padecer alzhéimer y problemas de apnea del sueño.
– Mayor riesgo de padecer un infarto o un ictus.
– En los hombres puede provocar problemas de disfunción eréctil.
Estos problemas se agravan aún más cuando el paciente diabético tiene cierto grado de deterioro funcional, ya que merman su autonomía y favorecen la dependencia. Es por ello que los tratamientos para la diabetes en la tercera edad, no sólo se centran en mantener controlado el índice glucémico, sino también en prevenir estos problemas que impactan directamente en su calidad de vida.
Recomendaciones para personas mayores con diabetes
Estas recomendaciones pueden ayudar a las personas mayores con diabetes a controlar mejor su índice glucémico:
– Si necesita tomar medicación para controlar la diabetes, o medir el nivel de glucosa cada cierto tiempo, puede ponerse alarmas para recordarlo, ya que es muy importante que lo haga en el momento concreto indicado (en ayunas, antes de comer, tras la práctica de ejercicio).
– Para familiarizarse con las pautas nutricionales se puede colocar una tabla sencilla de alimentos permitidos y menos permitidos en un lugar visible, como la nevera.
– Si el mayor tiene que medirse la glucosa frecuentemente, es conveniente que la enfermera también explique cómo hacerlo a un familiar o cuidador.
– Se deben evitar las comidas copiosas y los excesos, para poder permitirse caprichos puntuales.
– No se debe intentar cambiar los hábitos de un día para otro; es mejor ir poco a poco, especialmente con el ejercicio físico.
– No hay que confiarse de los alimentos especiales para personas con diabetes, o bajos en azúcares, como algunos tipos de galletas o postres, porque suelen incluir otros aditivos y grasas poco recomendables. Además, al pensar que son totalmente saludables, se puede cometer el error de tomarlos en cantidades excesivas.
– Se debe seguir un horario de comidas y descanso, ya que cuanto más ordenada sea su vida, más fácil le resultará controlar la diabetes.
– No se debe fumar, porque además de tratarse de un hábito muy nocivo para la salud en general, favorece la aparición de complicaciones de la diabetes.
La diabetes en la tercera edad debe ser cuidada mediante un estilo de vida saludable, que permitirá vivir sin mayores sobresaltos ni trastornos de salud. Esto incluye actividad física que elimine el sedentarismo, alimentación sana y equilibrada, buenos hábitos, además de las revisiones rutinarias para prevenir y detectar cualquier indicio de la enfermedad.