Siempre se ha dicho que a medida que envejecemos, vamos perdiendo neuronas. Sin embargo, no parece ser más que un mito. De hecho, numerosos estudios demuestran que la diferencia entre un cerebro joven y otro viejo se encuentra en la función de las células de soporte llamadas glía.
Este estudio tiene más importancia de la que parece en el estudio de ciertas enfermedades relacionadas con la edad. De hecho, los cambios relacionados con el envejecimiento se basan más en las células gliales que en las neuronas.
En este sentido, se habla de la menor capacidad de los ancianos para el uso de la tecnología, esa guerra fría que mantienen con pantallas y códigos imposibles. En realidad, son ellos los que dan la espalda a un aliado que podría en muchos casos serles de gran ayuda y que, día tras día, lucha por meterse en los hogares de los más mayores.
Sin embargo, ellos se resisten a que los últimos inventos se adueñen de sus vidas y a los más jóvenes, (no lo niegues) nos da cierta pereza mediar contra su negatividad y empezar a enseñarles el uso de lo que para nosotros es tan fácil. Pero ha llegado el momento de hacerles ver el gran beneficio que esto puede suponer para su día a día.
¿Tecnología o ancianos? Cerebro en marcha.
El 90% de los ancianos ve los objetos tecnológicos como herramientas difíciles de utilizar e incomprensibles para ellos. La era de la tecnología les ha pillado ya mayores y les cuesta hacerse a lo que no han visto ni tocado a lo largo de sus vidas.
Pero, ¿está argumentado este miedo? ¿Tiene que ver con la pérdida de neuronas? En los últimos años, la tecnología se ha visto adaptada a su físico y comprensión de tal forma que hay objetos que podrían utilizar “hasta un niño”.
El objetivo de este avance es que los ancianos puedan gozar de una mayor independencia en su día a día al poder estar más “conectados” al mundo desde sus casas, lo que no implica la pérdida de neuronas.
Ejemplos de objetos tecnológicos para ancianos
Desde chips para personas que sufren pérdida de memoria o Alzheimer, hasta teléfonos que muestran la imagen de la persona que habla para que el anciano ponga su cara. También puedes encontrar teléfonos con números extra grandes adaptados a la vista de los más mayores. Hay multitud de objetos hechos para nuestros mayores que cuyo uso es tan fácil que puede suponerles una media de diez minutos para aprender a utilizarlos.
Aunque las personas de edad avanzada no son un sector de población al que las empresas tecnológicas luchen por llegar, cada vez son más los que se dan cuenta de que el mundo se hace cada vez más mayor y tienen que adaptarse al 100% de la población. Son muchos los mayores que nos acompañan, ¡y también forman parte de la era digital!
Tecnología para hacer más fácil la vida de los ancianos… y más tranquila la nuestra. Asistencia hospitalaria pulsando un botón.
Sin duda, el objeto más famoso es el botón de urgencia que el anciano tan solo tiene que pulsar que para un especialista en asistencia hospitalaria se acerque hasta su casa en caso de que este tenga algún problema. Es fácil y cómo de utilizar, y en casi de que el paciente necesite ayuda urgente, tu profesional se acercará para evitar un mal mayor. Este botón puede facilitar mucho que el daño de un anciano no vaya a más cuando esté solo en casa e incluso… salvarle la vida.
Existen también sensores conectados a la casa de los mayores y que, por medio de un enlace de telefonía móvil, ayudan a supervisar las actividades que los mayores llevan a cabo y controlar de forma remota que estos se tomen sus medicamentos. Si ocurre algo fuera de lo común, la empresa avisaría de inmediato a través de un mensaje de texto, un correo electrónico o una llamada telefónica.